jueves, 7 de mayo de 2015

EL LEGADO


Hubiese muerto por él. De hecho, cuando le capturaron, Samiha no dudó en lanzarse hacia los militares con tal de protegerle. Sin embargo, todo fue en vano porque le dispararon delante de ella y de su hija Salma. Samiha convivía con otras siete esposas y sus respectivos hijos. Nunca le importó. Ella era la más joven y su hija era la única a la que él veía como digna sucesora de sus ideas.

Esa fatídica noche ella recibió dos disparos en la pierna derecha. Fue trasladada inmediatamente al hospital militar para curarla mientras lloraba por su marido. Hoy vive vigilada por las fuerzas militares porque según ellos la cédula a la que pertenecía su cónyuge puede atentar contra ellas, pero lo que no saben es que su pequeña de nueve años está siendo adoctrinada por Samiha, quien nunca ha dejado de estar vinculada a la red terrorista.

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